Capricornio y Saturno: Hacerse cargo
Serie de artículos sobre los signos del Zodiaco enfocándolos como facetas del psiquismo humano y caminos evolutivos que todos recorremos.
Qué simbolizan energéticamente y psicológicamente:
Capricornio es un signo de Tierra. La Tierra es lo que nos sirve para aterrizar las cosas; por eso mismo, la Tierra viene después del Fuego en la secuencia zodiacal. En efecto, el Fuego son los deseos, los proyectos, los impulsos, y la Tierra es lo que permite concretizarlos, porque gracias a la Tierra tocamos lo que hay, lo que está disponible; vemos cómo lo vamos a hacer, con qué lo vamos a hacer, y para qué lo vamos a hacer. Es decir que la Tierra aporta aquel enfoque de utilidad.
Observando la evolución dentro de los signos de Tierra, ya que se da una complejización en la secuencia zodiacal, el primer signo de Tierra, Tauro, nos conecta con lo que es útil para nuestra supervivencia, para nuestra comodidad; es decir la satisfacción de nuestras necesidades básicas. Virgo, el segundo signo de Tierra, ya tiene un enfoque más social, no tan individual, en el cual el enfoque utilitario se aplica al individuo dentro del sistema en el cual está integrado; es decir que gracias a nuestra parte virginiana nos damos cuenta que todo funciona de forma sistémica y que en cada sistema todo individuo, cada parte del sistema, cumple una función y es útil al sistema. Lo cual nos hace conscientes de que en toda situación tenemos que tener en cuenta el contexto, es decir, el sistema al cual pertenecemos; ya sea el sistema familiar, el sistema laboral o el sistema social. Está en nuestro interés que el sistema funcione, por lo tanto está en nuestro interés cumplir con nuestra función, que es lo que hacemos por ejemplo cuando trabajamos, cuando ofrecemos nuestros servicios a los demás. Finalmente, Capricornio lleva esta noción de utilidad a un nivel más colectivo, pues los signos del Zodiaco, a medida que avanzamos en la secuencia zodiacal, van de unas consideraciones más individuales hacia unas consideraciones cada vez más colectivas; por lo tanto, Capricornio es un signo de Tierra con un enfoque colectivo. Así, aquí capto que en cada situación de la vida me toca un rol, y a este rol viene asociada una responsabilidad, un hacerse cargo de parte de la realidad.
Desde la mirada capricorniana, el individuo tiene un rol dentro de un colectivo. Esta mirada se parece a la virginiana; como individuos pertenecemos a varias capas colectivas y, en cada una de estas capas y en cada situación, tenemos un rol, al cual va asociada una responsabilidad; no solamente una utilidad, sino una responsabilidad. Es decir que todos nuestros actos, pero también nuestros pensamientos, nuestras opiniones y nuestros sentimientos tienen un impacto en el colectivo. En este sentido tenemos todos una responsabilidad en relación a lo que somos, a cómo actuamos, a cómo pensamos, etc. Porque todos formamos parte de lo que llamamos “la sociedad”. Aunque sea muy común hablar de la sociedad como si fuera un ente independiente, que, además, nos impone sus reglas y sus valores, en realidad, la sociedad la formamos nosotros; no existe sociedad más allá de nosotros; la sociedad somos todos nosotros juntos, con nuestros valores, con nuestros actos y de esto somos responsables todos.
En esta noción de responsabilidad tenemos la esencia de Capricornio, la cual está evidentemente ligada a un tema temporal, a un tema de edad, pues la responsabilidad es proporcional a la madurez, la cual también es un concepto clave de este signo, y la cual generalmente va ligada a la edad, o sea a la noción del tiempo vivido y de la experiencia adquirida -aunque no siempre.
De hecho, el regente de Capricornio, Saturno, el cual se llama Cronos en griego, nos indica que este signo tiene que ver con los tiempos largos, el largo recorrido, la experiencia, la madurez, la vejez.
Esta noción de responsabilidad es el gran desafío y el gran trabajo capricorniano para todos los individuos; es decir, que podamos percibir la necesidad de hacernos cargo de lo que nos toca hacernos cargo, en cada situación, en cada relación, en cada momento, sin echar la pelota afuera, sin culpar afuera.
Camino evolutivo:
Ahora veamos cómo, en el camino hacia la madurez y la responsabilidad, esto es, en nuestro camino capricorniano, podemos extraviarnos. En efecto, solemos confundir madurez y responsabilidad, con obediencia y repetición de modelos.
El símbolo de Capricornio es una cabra montesa, o sea una cabra salvaje, que vive en las cimas de las montañas; esto ya es un símbolo que nos habla de características capricornianas, como la austeridad, la simplicidad, el esfuerzo, la perseverancia, la resistencia, etc. La cima de la montaña es un lugar solitario y hostil, con poca protección, muy expuesto a la intemperie, lo cual demanda una resistencia, una concentración de energía para resistir y mantenerse. También, llegar ahí supone un esfuerzo. Finalmente, es un lugar de independencia, pues la cabra montesa es un animal salvaje, que no responde a ningún pastor.
En cambio, en el eje que Capricornio forma con Cáncer, que es su signo complementario, podemos pensar en Cáncer como la oveja, el borrego, es decir, el animal que necesita vivir de forma gregaria, y que piensa y siente de forma gregaria, pues necesita sentirse pertenecer a un rebaño, esto es, sentirse protegido por una pertenencia y una aceptación; por el amor y la protección de otros seres, especialmente a través de la familia.
Entonces, el eje Cáncer-Capricornio, simbólicamente, se refiere al trayecto que hacemos de la infancia hacia la madurez. En Cáncer somos muy dependientes, en todos los sentidos, pero especialmente emocionalmente, y esta dependencia genera en nosotros un fuerte condicionamiento por parte de nuestro entorno familiar y social. A medida que vamos creciendo, nos vamos acercando a Capricornio, que es aquella energía solitaria, de resistencia y de responsabilidad, es decir, aquel lugar donde ya no respondo tanto a condicionamientos, o al menos he podido deshacerme de algunos, y donde ya no respondo a autoridades externas, porque ya no necesito protección, no necesito tanta pertenencia, y por lo tanto, puedo ir más a mi aire y regirme por mis propios valores.
Pero ese lugar de madurez es también, evidentemente, un lugar de responsabilidad, de hacerse cargo, no solamente de las responsabilidades familiares o laborales, sino hacerse cargo de los límites inherentes a la existencia –los límites, la edad, la vejez, la muerte, la complejidad de la existencia humana- sin esperar que otros me solucionen la vida o me tranquilicen o protejan.
Así que éste sería el simbolismo del eje Cáncer-Capricornio: ir de una gran dependencia y una fuerte pertenencia, hacia una mayor autonomía y un menor condicionamiento. Sin embargo, al ser las energías del final del Zodiaco más complejas que las primeras, las vivimos de manera más distorsionada, es decir que, de alguna manera, incluso, las vivimos al revés de lo que son energéticamente.
En el caso de Capricornio, por ejemplo, todos vivimos esta energía de forma inmadura y distorsionada; esto es, respondiendo y obedeciendo a modelos, sometiéndonos a la presión social del juicio, de si somos buenos o malos, de si hacemos las cosas bien o mal, siguiendo y perpetuando modelos inconscientes en todo. Lo que creemos ser nuestro criterio propio es en gran medida una suma de modelos externos, modelos heredados, modelos sociales, que responden a un cierto momento histórico y a un cierto lugar geográfico, y que constituyen, evidentemente, unos contenidos colectivos muy potentes.
Entonces, esta manera inmadura de vivir la energía capricorniana la distorsiona al punto que podemos reconocer el patrón canceriano en esta necesidad de acatar los modelos sociales, pues ¿para qué queremos hacerlo bien? En este nivel, que es un nivel de obediencia, no de responsabilidad, queremos cumplir para seguir perteneciendo, para no sentirnos excluidos de la sociedad humana. Si sois sinceros y sinceras, veréis que en muchos momentos de nuestra vida cotidiana, sobre todo en el trabajo, pero también en la familia y en las amistades, nos preguntamos con cierto nivel de angustia o de preocupación si hemos hecho lo correcto y cómo nos van a juzgar. Así, en lugar de actuar como personas maduras, autónomas y con valores propios, con autoridad propia, nos sometemos inconscientemente a modelos externos para tener seguridad, es decir, para sentirnos queridos, para no ser mal juzgados y excluidos socialmente.
Pero, cuidado: esta presión social capricorniana a la cual estamos todos sometidos, no es la presión de los demás; es una presión propia, es la presión que ejercemos cada uno/a sobre sí mismo/a, porque proyectamos la autoridad afuera, proyectamos la autoridad en la mirada de los demás e intentamos satisfacer este juicio externo.
Entonces el segundo aprendizaje de Capricornio sería darnos cuenta que seguimos modelos y que respondemos a una mirada juiciosa, que en verdad es la nuestra propia que proyectamos en los demás, y que intentamos siempre estar en lo correcto en relación a esta mirada, sin cuestionar sus fundamentos. O sea ¿desde qué criterio estoy juzgando que esto es correcto o no lo es? Pues, porque sigo modelos colectivos.
Acuario, el signo que viene después de Capricornio, nos da justamente la oportunidad de cuestionar radicalmente estos modelos; la función de Acuario es la de renovar toda aquella estructura social tan potente que nos somete a sus modelos, o mejor dicho a la cual nos sometemos nosotros mismos a través de los juicios y de los modelos que seguimos.
Símbolo
Ya he hablado de la cabra montesa que encarna las cualidades de soledad, resistencia e independencia de Capricornio. Pero, el símbolo completo es un ser medio cabra, medio saurio, es decir que lleva cola de reptil, o de pez; esto es, un ser que reúne el animal que vive en las profundidades con el animal que vive en las cimas. Esta unión simboliza un largo recorrido evolutivo; el devenir humano, a nivel individual y sobre todo a nivel colectivo.
Capricornio es el signo más alto del Zodiaco, su cima, y Cáncer el más bajo, sus raíces; juntos forman el eje que vendría a ser la columna vertebral del Zodiaco; un eje vertical que sentimos y vivimos como una ascensión. De ahí que estén asociadas a Capricornio las cualidades de ambición, esfuerzo y concentración
Datos técnicos
Para observar en una carta natal la fuerza relativa de la energía capricorniana y de Saturno, tendremos en cuenta los siguientes elementos:
Sol, Luna o Ascendente en Capricornio; Sol o Luna en casa X; Saturno en casa I, casa X o casa XII; varios planetas en Capricornio; aspecto de conjunción, oposición o cuadratura entre el Sol o la Luna y Saturno.