Tauro y Venus: gozar

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Serie de artículos sobre los signos del Zodiaco enfocándolos como facetas del psiquismo humano y caminos evolutivos que todos recorremos.

Qué simbolizan energéticamente y psicológicamente:

Después del resurgir de la vida en Aries, Tauro es el pleno florecimiento de la primavera.

El cuerpo de un toro es un cuerpo macizo, corpulento, con un cuello muy gordo, con mucho peso, mucha carne. Cuando vemos algunas imágenes de corrida, podemos observar que el toro se lo piensa mucho antes de echar a correr, porque la embestida de un Toro es un desgaste energético brutal. O sea, que no echa a correr a la primera. En cambio, el carnero, que es el animal que simboliza a Aries, es un animal mucho más pequeño, mucho más ágil y mucho más impetuoso, que sí echa a correr con facilidad y embiste con mucha más impetuosidad. En esta comparación vemos como Aries, que es el signo de la potencia total, despilfarra la energía, cuando al contrario Tauro la ahorra. Entonces, estos dos animales que simbolizan las dos fases iniciales del ciclo vital que simboliza el Zodíaco, fueron elegidos por los que inventaron este sistema simbólico, (algún pueblo mesopotámico, hace unos cuatro mil años), para simbolizar la celebración del renacimiento que es la primavera; primero con una fase yang, Aries, que es una celebración explosiva, fogosa, impetuosa, enérgica y luego una fase yin, Tauro, que es una celebración mucho más encarnada y que se traduce a través de la floración, a través de la abundancia de formas, colores, sonidos, texturas, olores y a través de la reproducción.

El Zodíaco, este sistema simbólico que nos habla del ciclo de la vida, comienza con un signo regido por Marte (Aries), que viene seguido por un signo regido por Venus (Tauro). Marte y Venus son las dos funciones planetarias, es decir, las dos instancias psíquicas, que simbolizan lo masculino y lo femenino. Además, Aries y Tauro forman eje con dos otros signos, que son Libra y Escorpio, que a su vez son regidos por esos mismos planetas. Es decir, que empezamos el Zodíaco con un eje Marte-Venus, que es Aries-Libra, y luego la recíproca con el eje Tauro-Escorpio, eje Venus-Aries. Creo que aquí lo que simboliza el Zodíaco es el hecho fundador de que lo que sustenta la vida es la danza, el diálogo, del masculino con el femenino, la complementariedad del femenino y el masculino; algo muy evidente en los seres vivos, pues la vida biológica no existe sin esta polaridad masculino-femenino que permite la reproducción, pero incluso más allá de los seres vivos, la danza del positivo y el negativo del electromagnetismo, que es una ley de la física, también es lo que sostiene nuestra realidad física.

La diferencia entre estos dos ejes Marte-Venus es la cruz a la que pertenecen. Entre Aries y Tauro pasamos de Cardinal a Fijo, y esto se traduce en que la energía se encarna más. Lo mismo pasa entre un eje y el siguiente: este diálogo, esta danza, entre masculino y femenino que se da en ambos ejes, en el eje Cardinal que es Aries-Libra, es un juego, es una danza, es una seducción, es una atracción. Ahora, en el eje Fijo Tauro-Escorpio esto se densifica, esto se profundiza, se encarna más y llega a la sexualidad, que es un intercambio energético alquímico, que nos transforma a través de la intimidad.

Entonces, lo que nos dicen estos dos primeros ejes del Zodíaco es, en primer lugar, que toda la realidad es polar, todo en la realidad tiene un polo complementario, y en segundo lugar, que esta polaridad tiene un sentido, una utilidad, que es la de permitir la evolución de las formas de la conciencia, porque el vínculo, el diálogo que se da entre ambos polos provoca una modificación recíproca. En efecto, son los vínculos los que nos permiten crecer, porque nos modificamos recíprocamente.

Centrándonos ahora en el signo de Tauro, el concepto clave aquí es el concepto de necesidad. Tauro es el primer signo de Tierra, así que aquí estamos súper conectados con nuestra realidad material, y nuestra realidad material es, en primera instancia, nuestro cuerpo. Y nuestro cuerpo tiene necesidades, necesidades vitales primarias que tenemos que atender y satisfacer. La satisfacción de nuestras necesidades nos da placer, y la no satisfacción de las mismas nos produce sufrimiento. De ahí el conocido materialismo taurino; es decir, que las personas que tienen mucha energía de Tauro en su estructura están muy conectadas con esta sensación de que hay que atender necesidades primarias, y esto nos conecta con los valores de la comodidad, del placer, de otorgarle mucha importancia a la comodidad y al placer. ¿Y qué es lo que nos da comodidad y placer? Pues, sobre todo, elementos concretos, materiales, que dan comodidad y placer a nuestro cuerpo.

Camino evolutivo

Estos últimos conceptos nos llevan a hablar del aprendizaje de Tauro, pues la inercia de este signo está justamente en este gran apego a lo material y a la satisfacción de las propias necesidades. Entonces, ¿cómo evoluciona Tauro? Pues como cualquier otro signo: integrando su otro polo, es decir, el signo opuesto, que en este caso es Escorpio.

En resumidas palabras, Escorpio simboliza la muerte y la pérdida, y el dolor que éstas nos provocan. O sea, justo lo contrario de las sensaciones de abundancia vital, acumulación y placer asociadas a la fase Tauro. Entonces, ¿cómo se integra Escorpio desde Tauro? Pues, difícilmente y dolorosamente, sobre todo mientras no entendamos qué es esa muerte, qué es esa pérdida escorpiana. Eldesafío aquí es modificar la percepción que tenemos de la muerte para ir entendiendo que la muerte es transformación. O sea, ir aceptando que el movimiento natural de la vida es evolutivo; que no es ir hacia lo agradable y quedarse ahí para siempre; no es una repetición de lo que nos gusta, de lo bueno, sino que es una transformación constante, y por tanto una pérdida constante. Este movimiento propio de la vida supone que ciertas cosas acaben, mueran, que perdamos ciertas cosas para dejar sitio a nuevas, a nuevos aspectos de nosotros mismos, a nuevos aspectos de las relaciones, a nuevas experiencias.

O sea, que el aprendizaje taurino es aceptar, reconocer, integrar Escorpio en el sentido de aceptar perder, reconociendo que esta pérdida en realidad no es una pérdida, sino una transformación. Mientras no aceptemos este proceso, nos aferramos a lo que tenemos, a lo que nos gusta, a lo que nos da seguridad, a lo que nos da bienestar, y nos aferramos tanto, de una manera tan compulsiva, que en verdad no lo estamos disfrutando de verdad. Incluso podemos llegar a destruirlo, a matarlo, por el miedo que tenemos a perderlo. O sea que, cuando negamos Escorpio, Escorpio se hace presente, de una manera u otra.

Símbolo

El toro era símbolo de fuerza y fertilidad en las culturas mediterráneas y mesopotámicas antiguas. De ahí que los babilónicos, creadores del Zodiaco, lo escogieran para simbolizar esta segunda fase en la cual la energía de inicio de Aries toma cuerpo; la corpulencia y la potencia de este animal ilustran la manifestación física, la materialización de la energía, que hacen que lo que es potencial (Aries) se vuelva real y tangible (Tauro).

Datos técnicos

Para observar en una carta natal la fuerza relativa de la energía taurina y de Venus, tendremos en cuenta los siguientes elementos: Sol, Luna o Ascendente en Tauro; Sol o Luna en casa II; Venus en casa I, casa X o casa XII; varios planetas en Tauro; aspecto de conjunción, oposición o cuadratura entre el Sol o la Luna y Venus.